lunes, 26 de marzo de 2012

Nuevo camino

   La noche comenzaba a acercarse tímidamente, con esa curiosidad intempestiva que siempre carga ella sobre los momentos decisivos de los noctámbulos, forzando en ellosuna visión clara e introspectiva, tan urgente como un recambio linfático y fatal. 

   Las piezas sobre el tablero sudaban ansiedad y reto, y la movida que abriera los caminos no se podía demorar ni un instante más. Preciso era saltar sobre el tiempo y clavar la jugada elegida sin titubear, ni pestañear; aniquilando por anticipado el surgimiento de cualquier sombra diáfana y rival; y preciso era evitar también, cualquier atisbo de sugerencia diversa, y la más leve insinuación contendiente. A un costado y bajo tierra, quedaban olvidadas e indiferentes, todas las incertidumbres que pudieran estorbar o encallar el viaje. El nuevo camino debía emprenderse despojado y nudo; y del suculento sabor de los presagios vírgenes iría extrayendo su ambrosía y su néctar, y moldeando, insustancial y con orgullo, los nuevos tegumentos que arroparían durante el trayecto, la renovada ilusión de volver a caminar por senderos desconocidos. 


W.F.A.G.T.

domingo, 18 de marzo de 2012

Old man

   Su mirada se fue apagando lentamente, en silencio, sólo unos pocos se fueron dando cuenta. Se fue diluyendo en la nostalgia, como muere la luz de un faro abandonado, en una isla lejana que ya nadie visita. 


   Cuentan que en un puerto olvidado vive aún un anciano - de larga barba blanca y piel curtida - que supo surcar los veinte mares, y sobrevivir a todas las bestias oceánicas, sin por eso tener que matar a ninguna de ellas. Hay quien dice que tiene más de cien años, otros, que vivió tres vidas. Dicen que en tierra firme se marea, que siempre está a punto de partir, y que es la única persona capaz de recordar las coordenadas malditas de esa isla fantasma. Aseguran que quien quiera llegar a la isla deberá primero hallar al viejo, encontrarlo en ese puerto olvidado de dársenas empedradas, tranvías abandonados, y cascos de barcos moribundos; acercarse con respeto e insolencia, invitarle una copa de vino amargo y recordarle el nombre de su amada, antes de que aquella mirada cansada – que solía estallar de esperanza - se extinga para siempre. 


   Y las gaviotas, ajenas a la tristeza, dejen de visitar su tumba. 




W.F.A.G.T.  

lunes, 12 de marzo de 2012

Mandamientos

   Como en muchas religiones, hay una serie de leyes que predominan entre sus creyentes. Este blog se basa en propias leyes, aquí redactadas. Unos simples principios aplicables cuotidianamente, que son las bases en busca de W.F.A.G.T.:


 1.- NO irás por los caminos despertando a las "Bestias".

 2.- NO alimentarás pasiones ajenas.

 3.- NO despertarás de ningún sueño creyéndote el mismo de ayer.

 4.- NO te sentirás seguro en el silencio.

 5.- NO maldecirás las sombras de la noche.

 6.- NO ocultarás tu instinto asesino detrás de una máscara de dulzura.

 7.- NO justificarás tu inacción en la desidia de los tibios.

 8.- NO te adormecerás en el tedio de los caminos sin pendiente.

 9.- NO reprimirás tu llanto de sangre, cuando por fin oigas lo indecible.

 10.- NO buscarás regocijo ni piedad, pateando las cabezas de los "Náufragos".




W.F.A.G.T.

domingo, 4 de marzo de 2012

Ojos de cielo

   Y la dejé caer, y se hundió en tu cielo... 

   Cayó, como caen siempre las tristezas, arrastrando todo en la caída, y abajo ya no quedaba nada, ni la noche de tus pasos suaves, ni el crepúsculo de tu mirada triste; después, mientras lloraba, la tristeza era toda mía, y de mis ojos que te buscaban como adictos, como se busca el cielo en la mirada, o se mira el cielo en la tristeza. El cielo que eran tus ojos, tu mirada que era infinita, y mi tristeza como siempre, se llevó todo en la caída. Cerré los ojos, y la dejé caer,  cuando se hundió en tu cielo.

   Tus ojos no caían y en tu cielo demasiado calma. Una calma tan infinita, tan indiferente que me daba rabia, porque mi rabia era tan tristeza que lograste que perdiera el paso. Mis pies entumecidos por el frío, mi dolor enceguecido por las lágrimas, y mi cielo, que no quería ni pensarte, ni oir tus besos en el viento. Tu mirada y tu presencia, eran sólo ecos muy lejanos, y con cada noche fue más difícil respirarte, y no soñarte; porque el aire se fue haciendo más distancia lejos, la noche demasiado llanto dentro, y el silencio me estalló en el pecho, y mi tristeza se dejó caer, y se hundió en tu cielo.

   Pasaron días, llovieron años, y el mar se tragó esos ecos. El cielo se quedó más limpio, y aunque la noche podía ser larga y  mi mirada más infinita, mis pasos encontraron suelo firme. Volvieron a dejar sus propias huellas claras, tu mirada se abrazó a la luna y desapareció, mientras, tus ojos daban brillo a las estrellas y me olvidé por fin de la distancia. El nuevo capítulo era un verso raro, pero llevaba al menos un nombre mío y mi sonrisa nueva, pero fue una distracción fugaz, porque la sangre nunca se calla, y los ecos de un amor tan grande siempre acechan, en cada esquina.

   Cuando menos me lo esperaba, tu presencia desbordó el recuerdo. Tu mirada se tornó tan cielo, que hasta la luna se sintió pequeña, y el olvido adormeció la risa. Cuando la distancia me estalló en las manos porque creí verte volver, me ganó la confusión antigua y un temblor entre las piernas, ansiosas, medio dormidas, y caí desbordado en llanto, con angustia, como se cae siempre en la melancolía, y comencé a esperarte. Sin saber si era cierto que volvías, porque el amor suele ser presagio cuando se vuelve ciego, el eco es tan susurro, y la distancia es sólo una orilla. Cuando el mar acaricia el cielo y un llanto alegre entibia cada mirada ausente, al ver tus ojos que volvían en silencio, la tristeza insinuó una sombra, pero no le hice caso. Yo volví a caer, arrastrando todo en la caída, y ya no tuve fuerzas para combatir. Me dejé arrastrar y fuiste lo último que vi, antes de perderme para siempre, cuando me hundí en tu cielo y en tus ojos infinitos.


W.F.A.G.T.